domingo, 2 de noviembre de 2014

Ágape se paga


William Gaddis era un mal escritor, y él lo sabía. Ganó dos veces el National Book Award, pero se quejaba de que no le daban el perrito Pulitzer por ser este un premio para escritores adocenados. Es decir que, además de pésimo narrador, era un escritor llorón.

Desde hace años venía leyendo reseñas favorables sobre la obra de Gaddis. Reseñas demasiado dulces. Alabanzas. Un nuevo dios. Y claro, uno entonces se entusiasma y camina hacia la luz. En este caso yo caminé hacia una librería y vi, en la sección de Literatura Hipster, dos de sus novelas en remate. No lo dudé. 

Cuando tengo dinero nunca dudo.

Tampoco dudé semanas después al comprar J R. Vaya festín que me voy a dar, pensé. Pero decidí empezar por algo breve: Ágape se paga.

Lo leí una tarde en la oficina y luego dije en voz alta al finalizar la última línea: vaya mierda. Y eso que jamás leo con prejuicios. ¿Y toda esa avalancha de elogiosos comentarios en los blogs que suelo visitar?  Acá hay alguien que está equivocado y no soy yo.

Gaddis es para los «elegidos», me dijo un amigo gaddiano al día siguiente, cuando intercambiábamos opiniones sobre el esperpento que me había tenido que tragar. Los elegidos. Vale decir, para los que no tienen ni puta idea de lo que es buena literatura.

Hipsters de mierda.

GADDIS, William. Ágape se paga. Madrid: Sexto Piso, 2008. 

2 comentarios:

  1. Me dejas muerta.. ¿qué hago yo ahora con Jotaerre? Si es que hasta me da miedo sacarlo de la estantería por si pierde el equilibrio...

    Saludos

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    1. Y eso que aún no se viene lo peor. Espera mi próxima reseña.

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