lunes, 21 de marzo de 2011

Derechos del lector

No pude postear la semana pasada pues el imperio Telefónica decidió cortarme teléfono e internet por unos días debido a un atraso en el pago de la cuenta del mes. Decidí "migrar" de servicio para reducir costos, pero, como el imperio aún no contesta, he decidido anular el servicio y abrir otro, ya no a mi nombre; pero esa ya es agua de otro río.

La semana pasada aproveché entonces para visitar a un amigo -quien también escribe en este blog- y entre sus libros pude encontrar un hermoso mamotreto que compendia lo mejor del relato breve. Tenía abundante información "técnica" del cuento, género que me interesa mucho cultivar, así que se lo pedí prestado. He aquí una pequeña cita del libro:

Los derechos del lector
- El derecho a no leer.
- El derecho a saltarse páginas.
- El derecho a no acabar el libro.
- El derecho a releer.
- El derecho a leer cualquier cosa.
- El derecho a la satisfacción inmediata y exclusiva de las propias sensaciones, a la identificación.
- El derecho a leer en cualquier lugar
- El derecho a hojear.
- El derecho a leer en voz alta.
- El derecho a callar.
(Daniel Pennac, Como una novela.)

miércoles, 9 de marzo de 2011

El indignante Plan Lector

 Imagen: "Educación y Sociedad"
Deber nuestro es rebotar este tipo de informaciones. Esta vez, Gustavo Faverón, crítico literario que maneja un recomendable blog, analiza la situación del Plan Lector a raíz de un reportaje aparecido en un noticiero local. Luego de leer este post se entenderá mi indignación y se reflexionará sobre la pregunta que un amigo me hizo tomar en cuenta: ¿pero cómo les van a mandar a leer basura a los niños?

El Plan combi
Javier Arévalo, ReCreo, el Plan Lector

Por: Gustavo Faverón 

Por siglos (aunque no tantos) se ha hablado de la relación temprana entre un niño y los libros como el más elemental fundamento para una actitud intelectual válida y constructiva en el futuro. Eso se convertirá en una verdad sólo parcial tan pronto como el libro sea reemplazado por algún otro instrumento de lectura, pero parece más o menos indiscutible hoy.

¿Con qué libros se debería iniciar la relación? Las respuestas de los pedagogos, al menos en el campo de la literatura, son disímiles y múltiples y a veces contradictorias: se debe comenzar por lo más familiar y cercano, para mostrar al niño que los libros hablan sobre su propio mundo; o por lo más extraño y distante, para que se descubra la diversidad y se acelere la imaginación de lo desconocido; o por lo más canónico, para sentar las bases de una apreciación estética coherente; o por lo más simple, para no aturdir; o, acaso, por lo relativamente complejo, para activar desde temprano la capacidad de análisis y raciocinio.

domingo, 6 de marzo de 2011

La piel fría

Un comentario del Facebook me alentó a buscar esta novela. Decía algo así: "la última novela que leí fue La piel fría de Albert Sánchez Piñol y no puedo dejar de pensar en ella". Mi primera reacción fue "wow! Yo también quiero leerla".

 No me fue difícil hallarla (nada comparado con la Odisea que tuve que realizar para encontrar "El desierto de los Tártaros" de Buzzati). Nuevamente, K me la consiguió y, por motivo del día de San Valentín, me la dio de regalo.

Vaya que la novela lo sorprende a uno. No busqué reseñas por internet y apenas me atuve a lo que encontraría en sus páginas. Ha sido una de las novelas más raritas que he leído.

El libro comienza cuando nuestro protagonista, desertor de la guerra de Irlanda, llega a una isla en la que trabajará como técnico atmosférico durante un año. Busca así aislarse de la humanidad, a la cual detesta y no comprende por razones que explicitará más adelante. La única construcción que indica la existencia de la civilización en ese pedazo de tierra en medio del oceano es un faro, en el cual vive Batís Caffó (qué nombre más hermoso ¿no? Nunca se me olvidará. Batís Caffó, Batís Caffó), el supuesto encargado de manejar las luces cuando el cielo oscurece.

La novela da un giro sorprendente la primera noche que nuestro personaje principal pasa en la isla. No puedo decir más. El resto es el transcurso de una historia a veces retorcida y violenta, a veces profunda, filosófica. Lo mejor es la narración. Uno jamás se desengancha del libro. Piñol, además, utiliza bellas metáforas y deja que el lenguaje fluya con total naturalidad. ¿Hace falta añadir algo más para recomendarla?

miércoles, 2 de marzo de 2011

El cuento clásico, el moderno y el posmoderno

"Retrato de Edmond Maitre" o "El lector", de Pierre Renoir.
Por: Lauro Zavala (UAM Xochimilco, México)

La idea central que presento a continuación consiste en señalar la posibilidad de establecer elementos distintivos característicos del cuento clásico, del cuento moderno y del cuento posmoderno.

Con el fin de mostrar las diferencias sustanciales en la escritura de estos tipos de cuentos, que han nutrido la historia de la narrativa durante los últimos 150 años, señalaré las características en la construcción de cinco elementos sustantivos de todo cuento literario: tiempo, espacio, personajes, instancia narrativa y final.

Empezaré con un par de señalamientos fundamentales. En primer lugar, este modelo general para el estudio del cuento pretende ofrecer un sistema de ficciones teóricas coherente y sistemático, de tal manera que pueda ser empleado como apoyo para la interpretación de aquellos textos literarios a los que llamamos cuento.

martes, 1 de marzo de 2011

Sangre como flores: la pasión según Lorca

La obra teatral se presentará en el ICPNA de Miraflores hasta el 13 de marzo.

Por: Lucía Miley.

No abriré este pequeño espacio derramando sobre sus manos un vaso de opiniones subjetivas de lo que fue una obra de teatro, pero tampoco deseo extender su apetito por probar este bocado que se muestra en vitrina.

Mi interés, ante todo, estimado lector, es matar al ser humano. Siento más placer cuando, por las noches, me sumerjo hacia caminos nada injuriosos, pero sí parcialmente virginales, a lo que se dice y se declara como “arte”. Llevar a cabo todo ese camino, de espesura tornasolada, mancha de sudor y sangre mi cuerpo e ineludiblemente también mis manos. No seguiré prolongando su recorrido visual, pues sería demasiado tedioso contarles mi vida y ustedes no están en frente de un monitor para leer cosas como esas.

La literatura siempre fue la amante y columna vertebral de las obras de teatro. Es gracias a ella que podemos navegar con facilidad a un mundo ajeno o propio. Por eso hoy, al hablar de un dramaturgo y poeta español que marco personalmente mi vida a los 18 años y se volvió inmortal y perdurable como muchos otros, les ofrezco gran parte de ella.

Hablar de Federico García Lorca nos transporta a la mitad del siglo XX, más específicamente hacia aquel tiempo de la dictadura española. Gracias a él, las noches madrileñas, las callejuelas del pueblo granadino, se volvieron canciones y grandes poemas, donde siempre dibujó, en cada una de ellas, el amor a la vida gitana.

Él era el hombre que amó el folklore y lo popular; un hombre obsesionado por el misterio de la luna y su fertilidad poética y emocional; por derramar el brío hacia su soledad que era cada vez más férrea al amor, a sus recuerdos y a las noches.

Su popularidad, mayormente por su fama de liberal y sus declaraciones sobre las injusticias sociales de su tiempo, hicieron de él un personaje odiado por la derecha. La gente suele creer que murió plácidamente por los balazos de sus verdugos, pero muchos historiadores afirman que fue peor ya que, según ellos, Lorca gritó algo, que pudo ser un insulto a uno de sus asesinos y éste, al escuchar el grito, lo embistió con la culata de su fusil, arrojándolo a la fosa mortuoria donde, en “gratitud” a su libertad, le dieron varios balazos, engrandeciendo con sangre su inmortalidad. Su muerte no fue ficción y no fue en paz.

Federico García Lorca tiene todavía mucho que ofrecernos, y parte de su vida y sus amores son mostrados en la obra “Sangre como Flores”. Parte de la reseña, de dicha obra, es sacada de la obra Pasiones de García Lorca.

Este gran espectáculo, ofrecido por los actores Franklin Dávalos, quien interpreta a Lorca; Sofía Rocha, que hace de su madre Vicente; André Silva, que asume el rol de Emilio, el amor no correspondido del personaje principal; y Mario Ballón, quien toma el papel de Rafael, el amante incondicional de Lorca, nos llevará a la España de los años 30 y a las facetas desconocidas de Lorca donde las pasiones, la intolerancia, el desamor y la crueldad nos sumergirán a un mar de emociones. La obra de teatro está dirigida por Alberto Ísola y escrita por Eduardo Adrianzén, que escoge varios fragmentos de poemas, parlamentos de obras de teatro, declaraciones públicas y/o cartas de García Lorca.

Alberto Ísola nos dice que en esta obra se ve un Lorca íntimo, complejo, humanísimo, mostrándonos así aspectos desconocidos de la vida del genial dramaturgo español, autor de obras como “Bodas de sangre” y “Yerma. La producción de la obra está a cargo de Ana Celia Salazar y la agrupación Teatro Racional.

La puesta en escena de “Sangre como flores” se presentará hasta el 13 de marzo, de jueves a lunes a las 8pm, en el auditorio del ICPNA de Miraflores (Av. Angamos Oeste 120). Las entradas se encuentran a la venta Teleticket de Wong y Metro y en la Boletería del ICPNA a S/.30 (general) y S/.20 (estudiantes y jubilados).

Mi estimado lector, para culminar y sabiendo mi objetivo. La muerte muchas veces debe ser mejor cuando se es joven, en aquella edad donde la carne es aún bella. En este espacio no solo espero ofrecer algo de mí, sino también algo de ustedes. Sutilmente les iré ofreciendo un camino donde solo la muerte es dueña de la vida y no deja secuelas, al contrario nos regala la inmortalidad en los espacios que pueda ofrecer el arte.