"Cisne negro" es una película dirigida por Darren Aronofsky, etiquetada de suspense psicológico, cuya trama se ambienta en el mundo del ballet.
Nina (Natalie Portman) es una bailarina aspirante a lograr el rol principal de "El lago de los cisnes", y en su camino se topa con Thomas, un experimentado director, y Lily, la nueva bailarina que llega a la compañía de ballet.
Soy muy poco de comentar películas. Generalmente las veo, disfruto y guardo en su respectivo empaque. Pero como hace mucho no pasaban una película respetable en nuestra cartelera podrida de comedias románticas fui a sentarme en la butaca.
Me gustó y no me gustó. Pues así de dual es mi opinión, tanto como el personaje de Cisne que le piden interpretar a Nina; un personaje que se tiene que desenvolver en la ingenuidad y la malicia a la vez.
La película enfoca mucho el aspecto perverso de los personajes, a tal punto que uno observa a Nina rodeada de gente puramente ruin (al final ella termina siéndolo). La madre de Nina tiene actitudes bipolares (la escena de la torta explica mucho de lo que afirmo); la sobreprotege y la daña al mismo tiempo. En ese mundo femenino, nuestra bailarina interpretada por Natalie Portman nos muestra ese lado cándido que Thomas y Lily lograrán trastocar, para volverlo vil y temerario.
La búsqueda de la perfección -uno de los grandes temas que se tocan- es abordado desde un contexto tan acertado como es el del ballet, en donde los pequeños detalles son fundamentales para gestar una obra maestra que se caracteriza por estar siempre en movimiento.
El filme en muchos momentos se excede en escenas gore. Por ratos, se desborda, diría yo. Si alguien se atreve a decir que es una película que marca, pues no se equivoca porque durante el filme se observa abundante violencia gráfica y sangre. (En una de estas escenas cerré los ojos y pensé que en ese instante podría estar viendo al Oso Yogui en 3D).
¿Si Natalie Portman se merece el Óscar por este papel? Pues, no lo sé. Para empezar, el Óscar no es un premio. En todo caso, me quedo con su actuación en "Léon, el profesional", donde, !oh, casualidad!, también desarrolla un lazo afectivo con un francés.
El análisis profundo de la metamorfosis de la frágil Nina en una perversa bailarina se lo dejo a los que les encanta destejer las películas hasta el cansancio. A mí, esta película no me alimentó y punto.