jueves, 30 de enero de 2014

¿Qué te puedo contar de mí, cher frère?


Es 1963:
¿Qué te puedo contar de mí, cher frère? La verdad es que mi vida es bastante artificial, tengo la impresión de perder cada vez más el contacto con el espacio y el tiempo, y no es una frase. Ocurre que de lunes a sábado me paso el día escribiendo, o tomando apuntes para la novela, o traduciendo a Beckett y sólo los domingos desciendo y vivo un poco. No puedes imaginarte hasta qué punto me he vuelto metódico. Tengo un horario que se ha ido elaborando solo, y que es más rígido que el de un bancario. Me levanto a mediodía, salgo a almorzar al restaurante de la esquina y a las dos de la tarde comienzo a trabajar. Hasta las seis o siete me dedico exclusivamente a la novela (ahora a los cuentos, que corrijo, para Cuba), mejor dicho hasta completar diez páginas de texto. Luego traduzco un par de horas, si Beckett resulta demasiado asfixiante y fúnebre, hago fichas sobre la Amazonía. A las nueve, como y después leo hasta las once, en que me voy a la radio. Ya al día siguiente, lo mismo, y después lo mismo y lo mismo. Cuando eso que los franceses llaman la "lucha con el ángel" -y que es, simplemente, un acceso de impotencia creativa- se convierte en lucha grecorromana y me empiezan a doler la cabeza y los huesos y el aburrimiento me da náuseas, me siento en la cama y blasfemo hasta las nueve de la noche, hora en que salgo disparado a ver un western. Pero he conseguido no salir de la casa ni ver a nadie entre dos y nueve. Los domingos me humanizo, voy a exposiciones, al cine, al teatro, a comer a un restaurant, me acuesto a las doce y paso cinco horas irremediables de desvelo: esta carne transitoria se ha acostumbrado al horario impuesto por la radio y no duerme jamás antes del alba. Me olvidaba: al regresar del trabajo, a las tres y media, leo o escribo (a mano, los franceses no toleran el ruido después de las diez) hasta las cinco.

viernes, 17 de enero de 2014

Los infinitos


Si alguien alguna vez se ha preguntado qué es una novela fallida, aquí podrá encontrar la respuesta: Los infinitos es una novela fallida. No se puede negar que Banville es un maestro en la cuestión del estilo, pero aquí comete un error que echa a perder todo el libro. ¿Cuál es el error? El uso del narrador omnisciente. En este caso, la novela esta narrada por Hermes. Es decir, no se trata de cualquier narrador omnisciente. Es más, creo que la falla de Banville consiste en usar a Hermes como si fuese un narrador omnisciente, cuando no lo es. Aquí, Hermes es caprichoso y —camuflando su apariencia— le encanta jugar con los humanos. Y esto es también precisamente lo que hace que la novela pierda ese tono solemne que intenta mantener, por el mismo capricho de un narrador indeciso que varía de una omnisciencia total a una parcial a cada instante.

jueves, 9 de enero de 2014

aNobii vs. Goodreads


La lectura como frikismo nos lleva a hacer tantas cosas. Desde comentar nuestras lecturas, hasta elaborar un ranking anual con los libros que hemos leído durante el año. Para esta actividad, siempre es valiosa alguna herramienta que nos resuelva preguntas como: ¿cuántas libros he leído al año?, ¿cuántos páginas en total?, ¿cuáles han sido las mejores lecturas?, etcétera.

Para sumergirme en esta labor estadística me creé hace unos cuatro años una estantería en aNobii. Luego de sufrir mucho con esta red social para lectores, decidí, no hace mucho, crear una cuenta en Goodreads y empezar de cero. 

Ahora puedo decir, en base a la experiencia, que Goodreads es infinitamente superior. Salvo por el widget (el de aNobii me sigue pareciendo más bello), Goodreads supera ampliamente a aNobbi. No hay que esperar largos meses cuando adjuntamos un libro, la sincronización con nuestras otras redes sociales es perfecta y, en definitiva, el manejo de las estadísticas es más simple.

No sé si considerarlo como un aspecto desfavorable, pero hay que señalar que Goodreads solo está en inglés; no así aNobii.  Y en el aspecto visual, la balanza se inclina en favor de esta última (voy a extrañar su estantería de madera).

Por último, si eres un aficionado o adicto a la lectura, ¿qué esperas para crearte una cuenta?