Las piernas femeninas, menuda fijación de Bertrand Morane. Él no es un Casanova ni mucho menos un Don Juan. Morane es el hombre que ama a las mujeres. Las ama a todas y a cada uno de sus atributos o defectos, por eso es incapaz de enamorarse de una sola: las quiere a todas.
¿Qué hacer con tantas? Aparte de guardar sus fotografías y cartas, ¿dónde encapsular tantos recuerdos? Escribir un libro, ¡eso! Escribir un libro donde cada una merezca un lugar que ocupó en su vida. Es una manera de expresar el amor que sintió y bajo el que nunca dejó dominarse.
Un velorio repleto de mujeres que lloran al hombre que las deseó con intensidad. Un epitafio que reza «aquí descansa Bertrand Morane, el hombre que amaba a las mujeres». Un libro recién publicado de alguien que no quiere dárselas de escritor y que sólo escribe para sí mismo. Luego, el paraíso es aquella isla prometida donde habitan nada más que mujeres solas. Isla rodeada por un mar de piernas.
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