Foto hurtada silenciosamente de aquí. |
Lo hemos callado mucho tiempo y ya es hora de gritarlo al mundo: en este blog somos olmianos, olmedos, olmoscistas; que somos seguidores de Olmos, en buen cristiano. Parafraseando a Vila-Matas, todo lo que Olmos diga va a misa. En esta breve columna, el escritor segoviano comenta el más reciente libro de Javier Cercas, un conjunto de conferencias titulado El punto ciego, y derrama un poco de su prosa sulfúrica sobre el autor. Una breve dosis a continuación:
Lo que quizá se da en Cercas —y aquí incurro en psicoanálisis literario— es un reconocimiento de estatus; es decir, él considera y secunda solamente aquellos autores que están traducidos a cuarenta idiomas, escritores que, como él mismo, han triunfado, lo cual, unido a la facilidad de deslizamiento hacia arriba que tiene el elogio entre los escritores jóvenes (pues siempre apuntan hacia esos mismos autores “consagrados”) contribuye definitivamente a reforzar un statu quo que, para el lector común o el no lector, acaba por entenderse como inobjetable.
Fuente: El Confidencial.
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