Reedición. Se publicó en 2007 y no sé qué tanta acogida habrá tenido en su momento porque por aquellos años yo andaba en la facultad leyendo cosas poco literarias o nada literarias. En fin, que ahora tenemos reedición casi una década después. Lo he leído con atención y placer. Es el primer libro de Orlando Mazeyra Guillén, a quien tuve la oportunidad de conocer el año pasado en Arequipa. Mazeyra es un tipo muy alto y a todas luces melgariano (llevaba una camiseta del Melgar). Los cuentos de Mazeyra —estos cuentos, quiero decir, porque tiene publicados muchos otros— reúnen las características que se le pide a la narrativa de nuestro tiempo: son cortos y de nudo veloz (con recursos en apariencia tan simples se compite con Netflix). Memorables son «Ella se sabe gorda», «Escribes» y «Tendré que confiar en ella». Mazeyra está hecho para el cuento porque conoce sus límites y sabe jugar en el espacio restringido del relato. El mérito crece si hacemos sumas y restas y notamos que este libro se publicó cuando el autor tenía quizá 26 o 27 años. Yo digo que está bien, o muy bien si lo comparamos con lo que se produce ahora en Lima.
Mazeyra Guillén, Orlando. Urgente: necesito un retazo de felicidad. Arequipa: Aletheya, 2018.
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