domingo, 19 de octubre de 2014

Patricio Pron sobre Roberto Bolaño

Imagen tomada de esta web.

Cuando la flojera me domina (es decir, casi siempre), lo que suelo hacer es un copy and paste de algún texto interesante que he encontrando durante la semana. Cuelgo tan solo un extracto: una respuesta inteligente en una entrevista a un escritor equis, un razonamiento grandioso en tal artículo, alguna parte memorable de determinada novela. Y así.

Ahora me he topado con un ensayo genial de Patricio Pron sobre Roberto Bolaño (aunque la temática del ensayo se expande y abarca también otros asuntos muy atractivos). Este ensayo, decía, me ha parecido tan formidable que lo pegaría por completo en este post. Pero la flojera me domina. Aquí, un extracto:

Voy a comenzar con la siguiente afirmación, que quizás debiésemos discutir posteriormente: un escritor es principalmente un lector, si acaso uno que se caracteriza por constituirse en la pieza central de un mecanismo en el marco del cual la lectura (a menudo percibida erróneamente por algunos como una actividad pasiva) estimularía la escritura, y esta, a su vez (y no en menor medida) incitaría a la lectura. Vayamos más allá, por fin, de las historias que cuentan los escritores sobre sí mismos. Incluso los más vitalistas (aquellos que, obligados prescriptivamente a escoger entre la literatura y la vida, hubiesen escogido la vida, como si la literatura fuese un paréntesis en ella y no lo que es para muchos de nosotros: lo más valioso, lo más interesante de la vida) han sido magníficos lectores, y uno podría trazar una historia alternativa de la literatura que narrase lo que esos autores, que supuestamente no leyeron, leyeron efectivamente: una historia de cómo Charles Bukowski leyó (y muy bien) la tradición libertaria norteamericana y en particular a John Fante y a Henry Miller, así como a los beats, y cómo estos últimos leyeron deliberada y muy acertadamente la poesía modernista, así como a autores como Ernest Hemingway, y cómo éste leyó a Conrad Aiken y a John Steinbeck y a John Dos Passos mientras presumía de estar ocupado cazando elefantes, emborrachándose o perdiendo el tiempo de cualquier otra manera. Que todos los creadores son, en primer lugar, ávidos conocedores de la tradición en la que se inscriben se pone de manifiesto también en otras disciplinas, y aquí parece pertinente recordar lo que Bono (el insufrible y muy filantrópico Bono) dijo acerca del arte de escribir canciones y de Bob Dylan: «El mejor compositor es el que tiene la discoteca más grande, y nadie tiene una discoteca más grande que la de Bob». (Bob Dylan le devolvió la cortesía en una ocasión, por cierto. Bono le había dicho: «Bob, tus canciones vivirán por siempre», y Dylan le respondió: «Las tuyas también, Bono, pero ¿quién va a poder cantarlas?».)

Fuente: Revista Dossier.

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