sábado, 31 de diciembre de 2011

Lo que leí el 2011

«Joven leyendo» (Ignad Betnarik)

El año se acaba. Mientras escribo este post apenas le quedan unas cuatro horas de intensa agonía tras la cual muchos celebrarán en bares y discotecas. Yo soy la excepción. Siempre pienso que no hay nada como recibir el año entrante estando sobrio. Total, la alegría con la que uno le da la bienvenida al nuevo calendario no depende de la ingesta de licor sino del propio estado anímico.

Ha sido un año en el que he intentado leer más de la cuenta, o por lo menos superar las cifras del 2010. Supongo que se hará una costumbre, si este blog y yo sobrevivimos, hacer este tipo de recuentos de las lecturas que nos endulzaron la existencia. 

Jugando con los colores, irán en azul los libros que me agradaron bastante, es decir, lo mejor de lo mejor; en púrpura, los que me hicieron pasar un buen momento pero no llegaron a más; en verde, los que fueron mero entretenimiento y son prescindibles; y en naranja, los libros que uno podría quemar por lo malos que fueron. Aquí el ránking:

1.- La noche de Morgana (Jorge Eduardo Benavides). Muy buena colección de cuentos del escritor peruano. No lo pongo en azul porque tiene un par de cuentos de relleno.

2.- El desierto de los Tártaros (Dino Buzzati). Mi biblia moderna. La había buscado casi dos años y cuando la hallé, la devoré y me quedé más que satisfecho. Es el libro que mejor retrata el tema de la soledad.

3.- La perla (John Steinbeck). Hermoso librito del Nobel. Corto y efectivo.

4.- Como agua para chocolate (Laura Esquivel). Un fiasco. Y pensar que tiene muchas ediciones e inclusive una película.

5.- Ficciones (Jorge Luis Borges). No necesita mayor presentación. Es la gran literatura en cada una de sus páginas.

6.- La piel fría (Albert Sánchez Piñol). Minimalista, como me encantan. Lo calificaría como un thriller filosófico. El suspenso recorre el libro de punta a punta.

7.- La iluminación de Katzuo Nakamatsu (Augusto Higa Oshiro). Nunca encontré la justificación para que este libro haya sido considerado el mejor del 2008. No merece la pena. El final es tan abrupto.

8.- La metamorfosis y otros relatos (Franz Kafka). Un clásico que nunca leí completo. Te abre las puertas al mundo kafkiano.

9.- La única chica del grupo (Carmen Escobar). Si hago memoria, lo recuerdo poco. Un libro hecho de retazos de textos. Cuentos que ni eran cuentos. Pobrísimo.

10.- En los extramuros del mundo (Enrique Verástegui). Genial poemario. Sucio y callejero. Uno mira con otros ojos el centro de Lima luego de leerlo.

11.- Aura (Carlos Fuentes). A mí no me pareció la gran cosa. Incluso la historia y su desenlace me parecieron tontos.

12.- El camino (Miguel Delibes). Hermoso libro del español. Tan tierno, tan dulce.

13.- Suicidios ejemplares (Enrique Vila-Matas). Tiene algunos cuentos magníficos, pero no se entiende porqué hay relatos de pésima calidad que están incluidos en la colección.

14.- Termina el desfile (Reinaldo Arenas). A este cubano le encanta jugar con el lenguaje. Son cuentos bien logrados pero la mayoría terminan por hastiar al lector. Pese a eso, prometo seguir leyendo más de él.

15.- El señor de las moscas (William Golding). El argumento ya de por sí es genial y el autor lo sabe explotar con magnificencia. Un libro muy cercano a temas de sociología.

16.- Algo que nunca serás (Guillermo Niño de Guzmán). No son los cuentos que uno espera de este autor peruano. Quizá sus primeros libros terminen por reconciliarme con él.

17.- El enano (Fernando Ampuero). La ojeriza que Ampuero le tiene a Hildebrandt es evidente, y este libro es una muestra de ello. Si Ampuero canalizara esa energía para hacer verdadera literatura lograría mejores cosas. Se deja leer con facilidad.

18.- Hamlet (William Shakespeare). Otro clásico que me debía y cuya lectura disfruté. Sin embargo, estas tragedias lo terminan por empachar a uno.

19.- Casa (Enrique Prochazka). El libro arranca bastante bien -pues Prochazka plagia bien a Borges- pero, conforme avanza, la Casa se cae a pedazos. Por ratos es ininteligible. 

20.- Miguel Strogoff (Julio Verne). El escritor francés es todo un genio para hacerte encariñar con sus personajes y no aburrirte nunca con ellos en sus aventuras. A Strogoff le pasa algo casi a mitad del libro y que te hace saltar de tu asiento; no puedo decirlo.

21.- El viejo y el mar (Ernest Hemingway). El libro se sintetiza en una frase tan monumental, algo así como que un hombre podrá ser destruido pero jamás podrá ser derrotado. Le valió el Pulitzer al buen Hemingway.

22.- El lugar sin límites (José Donoso). Lo leí antes de ver la película del mismo título. Es evidente su pertenencia al Boom latinoamericano. Lo mejor del libro son los boleros que aparecen en él.

23.- La loca de la casa (Rosa Montero). Grato libro de la periodista española. Bastante lúdico. Pudo ir en azul.

24.- Las lunas de Júpiter (Alice Munró). Casi lo pongo en naranja. Su prosa era demasiado detallista; era un exceso que me exasperaba salvajemente, pero como soy masoquista la seguiré leyendo (tal vez un par de libros más).

25.- 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana (José Carlos Mariátegui). Es el libro que todo peruano debe de leer, y yo ya tenía que justificar mi nacionalidad.

26.- Bartleby, el escribiente (Herman Melville). Dicen que es la fase inicial de la literatura existencialista. El personaje creado por Melville es tan extraño, sin llegar a ser oscuro; un nihilista completo.

27.- La importancia de llamarse Ernesto (Oscar Wilde). Entretiene, sólo eso. «El retrato de Dorian Gray» me sigue pareciendo su obra maestra.

28.- El guardián entre el centeno (J. D. Salinger). Por la leyenda que se teje detrás de este libro uno confía en que su lectura esconde algo más, pero no. Es una novela sencilla, tierna por ratos. Eso sí, Holden Caulfield, ese jovenzuelo protagonista de la obra, se te vuelve inolvidable.

29.- Extraña forma de vida (Enrique Vila-Matas). Esperaba más de este librito. Se deja leer.

30.- La velocidad de las cosas (Rodrigo Fresán). Me desesperaba cada vez que lo tomaba del velador para leerlo. No surgía una historia y no apareció ninguna hasta que lo terminé. Me enfurecen bastante los libros que te hacen perder el tiempo. De castigo, va en naranja.

31.- París no se acaba nunca (Enrique Vila-Matas). Dicen que Vila-Matas no es para mí, sin embargo, voy a seguir leyéndolo para al final comprobar que es el escritor contemporáneo más sobrevalorado.

32.- Seda (Alessandro Baricco). Segunda vez que lo leo. La primera vez fue en PDF y en esta segunda ocasión ha sido en un libro tal cual. Sigo sin entender como otros lo califican de «joya».

33.- El inventario de las naves (Alexis Iparraguirre). Tiene un par de cuentos letales, bastante buenos. Como conjunto le falta un poco de cohesión.

34.- Rojo y Negro (Stendhal). Este libro te enseña a enamorar realmente a una mujer. Y ya me lo habían dicho antes de leerlo. De aquí en adelante, representa mi educación sentimental.

35.- El lazarillo de Tormes (Anonymous). Otro clásico que ni en tiempos de colegio lo había terminado de leer. Ese lazarillo es todo un bribón.

36.- Prosas apátridas (Julio Ramón Ribeyro). Joyón de joyones. Un libro que se disfruta con demasiado placer. El goce de las palabras roza lo orgiástico.

37.- El lugar (Mario Levrero). Con este comenzé la «Trilogía involuntaria». Muy ágil, muy bueno.

38.- El jardín de la doncella (Carlos Rengifo). Un bodrio total, lo peor que he leído en mucho tiempo. Para ser un libro premiado no justifica en nada tal condición. Al final, lo vendí a un incauto.

39.- Diccionario de Literatura (Francisco Umbral). Me apasiona Umbral y en este libro el español se sirve de él para calificar a los demás escritores de su tiempo y compartirnos breves anécdotas. Su erudición nunca me termina de sorprender.

40.- Romeo y Julieta (William Shakespeare). Tanto hablan de estos libros clásicos que ya ni los leen. Yo los adoro. Pese a que sabía la historia y el final, lo disfruté mucho.

41.- Poemas de otros (Mario Benedetti). El dulce Benedetti. Ya sé por qué a mis amigos no les gusta. «Es que la gente los prefieren más fieros», como me decía un colega.

42.- El mar (John Banville). Con qué ansiedad lo leí y vaya que no me decepcionó. Recomendable.

43.- Fahrenheit 451 (Ray Bradbury). Me sorprendió para bien. Me hizo reflexionar. Logró que amara aún más a los libros. De lectura obligatoria.

44.- Tanta gente sola (Juan Bonilla). Este libro de cuentos es genial. Historias interconectadas, muy bien narradas y, sobre todo, con un giro de tuerca al final que te deja pasmado.

45.- Plataforma (Michel Houellebecq). Amé este libro. Su final, no lo niego, me hizo llorar un poco. Cuando lo terminé me dije a mí mismo que debería leer más a Houellebecq.

46.- Don Juan Tenorio (José Zorrilla). Lo leí por el Día de los Muertos, como una manera de celebrar esa fecha. Ahora entiendo la fama de burlador de Don Juan.

47.- París (Mario Levrero). Aquí, el escritor uruguayo se siente más libre para jugar con lo onírico. También aprueba.

48.- Exilados (James Joyce). Mentiría si digo que me encantó. Se deja leer pero no es el Joyce que uno quiere encontrar.

49.- El lugar (Mario Levrero). Para finalizar la trilogía. Sin  lugar a dudas, la mejor de la colección.

50.- Memoria del abismo (César Hildebrandt). Quise con todo mi cariño verle el lado amable a esta novela pero no pude. Desaprueba.

51.- Todo arrasado, todo quemado (Wells Tower). Muy buena colección de cuentos. Si no fuera por uno que está demás, lo pondría en azul. Sucede que con los cuentos me pongo exquisito.

52.- Los enamoramientos (Javier Marías). Seré sincero con este libro. Es duro, cruel, filosófico, entretenido, a veces enrevesado, a veces asombroso, pero no lo considero como lo mejor del 2011. Ojo. Es un muy buen libro y a muchos críticos y lectores les ha fascinado, pero, en lo que respecta a mí, no tiene eso que hace que una novela le impacte a uno, eso tan inexplicable que solo uno reconoce cuando ya lo está leyendo.

53.- Yawar Fiesta (José María Arguedas). Lo terminé minutos antes de iniciar este post. El 2011 se han cumplido 100 años de su natalicio y conocer su obra es la mejor manera de homenajearlo.

Este fue el ránking de mis lecturas. Les deseo a todos un feliz 2012; que sea un año de alegría y lleno de libros inolvidables. :-)

10 comentarios:

  1. Ehmmm, luego de leer tu recuento... ¡¿Insistes con V-M?! =P
    Un poco que me mareado con los colores, je.
    Para este mes ya tengo mi primer Houellebecq.
    Nuevamente, FELIZ 2012! Felices lecturas!
    R.

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  2. Hay varios de los que comentas, como "Seda" y "Plataforma" que me causan interés. También me has animado a leer a Shakespeare. Buen resumen y felices lecturas 2012!

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  3. ¿Sabías que en Cuba hay otro Nictálope?
    http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/

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  4. Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

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  5. Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

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  6. R: Sí. Y tengo que reconciliarme con Vila-Matas. Espero que este año me lleve bien con él. ¡Je!

    Pollo: «Seda» es un enigma, todos le hechan flores. No sé por qué soy la excepción.

    Anonymous: Sí. Antes de crear este blog sabía de su existencia, pero en realidad el nombre obedece a un personaje de «Redoble por rancas», de Manuel Scorza, quien es el verdadero Nictálope.

    David del Bass: Gracias. Espero que visites más seguido este espacio y me comentes también tus lecturas. Saludos.

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  7. hola nictalope, par aportar dire que entre mis lectureas favoritas de este año estuvieron "el corazon helado" de almudena grandes y "el hombre que amaba a los perros" de leonardo padura.
    El libro de juan bonilla en que libreria lo conseguiste? porque aqui en Arequipa no lo pude encontrar he leido buenos comentarios del autor

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  8. Hola Anonymous:

    Vaya. Ese libro de Almudena Grandes me lo acaban de recomendar, dicen que es bastante bastante bueno, que no puedes parar de leerlo.
    De Padura no he leído nada, pero me interesa la literatura cubana sobremanera. Pondré ese libro que mencionas en mi lista de deseos (acabo de ver que tiene buenas críticas).
    Finalmente, el de Bonilla lo editó Revuelta editores. Te puedes comunicar con Yesenia (quien me lo vendió y tiene una librería acá en Lima; ella es hermana del editor) al número 769 1735. Pregúntale si en Arequipa han dejado algunos ejemplares y en dónde, para que la puedas adquirir. Ese libro es genial. Recomiendo su lectura.
    Saludos y suerte.:)

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  9. Buena lista de libros, algunos los he leído pero muchos ni los conozco, ya llevo unos cuantods apuntados.
    Yo lo de Seda tampoco lo entiendo mucho jeje.
    Con Vila Matas ando regular, lo último que leí Dublinescas, no está mal.
    En fin una pasada.
    Un saludo
    Teresa

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    Respuestas
    1. Sí, Seda es un libro amado por unos, odiado por otros. Habrá que probar con otros del mismo autor.

      Saludos cordiales. (:

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