Los amigos de Literalgia difunden en su web este video sobre una situación de la que tenía conocimiento pero que había dejado pasar: tiendas por departamento de mi ciudad decoran sus locales con libros que antes perforan. El hecho de arruinar un libro para fines estético-mercantilistas (ni si quiera los venden) me parece un acto deplorable que linda con el terrorismo cultural. Es algo que me duele tanto como el maltrato animal o la contaminación del planeta. Queda fuera de lugar opinar si la tienda es una transnacional chilena o de Surinam. Es un acto que debe ser condenado y repudiado sin importar quien lo perpetre. A ver si a los dueños de esas tiendas les gustaría que les haga un empalamiento.
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