sábado, 24 de abril de 2010

El perro sulfúrico

La gran pregunta que me quedó luego de finalizar "El perro sulfúrico" (Producciones Cantabria S.A.C., 2009), ganador del Premio de Novela El Comercio 2009, fue: ¿leen los miembros del jurado la totalidad de obras participantes a un concurso?

Leer esta premiada novela me hizo dudar tremendamente sobre eso y pensar en las viejas querellas y resentimientos que hablan del "amiguismo" en los círculos literarios. Quienes critican a lo que ellos denominan "cúpula literaria", suelen advertir: "jamás participes en uno de éstos concursos: premiarán a un amigo favorito y, encima, plagiarán tu idea".

Luis freire Sarria (Lima, 1945) es un recorrido periodista que actualmente tiene una columna en Caretas (al costado de la calata). De él, más no sé. Apenas he leído su novela ganadora del BCR (libro que inuguró este blog) y si sentía ganas de leer el "Führer de niebla" (Premio de Novela Federico Villarreal 2008) pues con "el perro" se me esfumaron todas las ganas.

Como podrán darse cuenta, LFS ha ganado los más importantes premios de narrativa de nuestro país pero, como sabemos, una distinción en el plano de las letras no es directamente proporcional a la calidad literaria.

EPS es muy engañoso porque es un libro que inicia con un primer párrafo sumamente bueno, prometedor,  bello, elogiable, pero conforme uno continúa con la lectura se da cuenta de que el libro empieza a ostentar su falta de unidad, comienza a volverse soso, repetitivo. Uno se pregunta: ¿en qué momento va a empezar la novela? Y esa pregunta prosigue incluso finalizado el texto.

Es cierto que, en los concursos de narrativa, el ojo experimentado de un agudo lector puede detectar la exquisitez de la prosa apenas probando unas cuantas líneas. Mi primera teoría es que los miembros del jurado, personas tan reputadas como Alonso Cueto, Juan Villoro, José Miguel Oviedo y Pablo de Santis, apenas leyeron el inicio del párrafo y lo dieron por ganador.

Mi otra teoría es que se presentaron obras malísimas y ésta fue la menos mala, y el concurso no podía declararse desierto por ser motivo de los 170 años del diario El Comercio, así que se la dieron a un eximio periodista. 

Volviendo a la novela, no creo que el calificativo de novela sea el correcto. Está de moda escribir (y leer, por supuesto) libros híbridos, pero éste tampoco entra a ese costal. Digamos que lo de LFS es un conjunto de anécdotas de una o dos páginas de extensión en las que narra sus experiencias en una publicación humorística llamada "El perro sulfúrico".

Muchas de estas pequeñas anécdotas incluso no tienen nada que ver con el libro, y tal vez fueron puestas por simple añadidura para que éste tenga más páginas con qué aburrir al lector. Es más. Incluso hay un texto extraído de "El sol Salía en un Chevrolet amarillo", el libro ganador del BCR que mencionaba. ¿Qué cree LFS? ¿Que los lectores somos cojudos?

En fin. EPS es un pésimo libro a cuyo autor le hizo "merecedor" de la nada despreciable suma de sesenta mil soles. Un libro muy valioso para su autor pero absolutamente prescindible para nosotros, los lectores, y, sobretodo, para nuestra literatura.

domingo, 11 de abril de 2010

Cómo me hice monja

"Cómo me hice monja" (Estruendomudo, 2008) es una novela corta de César Aira. No voy a detenerme mucho en la biografía de Aira, puesto que para eso ya hay mucha información en internet y porque necesito expresar mi opinión sobre el libro con urgencia (hace solo minutos terminé el libro): no me gustó.

No fue un gran libro, en absoluto. Comenzó bastante bien, eso sí. Un niño que se cree niña experimenta su primer bocado de helado, el cual termina detestando. El helado estaba en pésimas condiciones, por lo cual su padre mata al heladero y es condenado a prisión.

Luego de un comienzo muy bien narrado, la nouvelle, escrita en primera persona, se despliega con un lenguaje un tanto farragoso, atribuible a la percepción de un niño (aunque esto me parece que funciona como excusa de su lenguaje complejo).

A la historia de este niño(a) se le suman otras mucho más hilarantes y lúdicas. No obstante, "Cómo me hice monja" adopta las características de la literatura snob, la literatura denominada "rara", y también un tanto light. Es rara simplemente porque no obedece al modelo clásico, porque no pretende abordar a un personaje bajo las concepciones usadas tradicionalmente, y aunque esta "rareza" puede generar algún rasgo de originalidad no es signo trascendencia. ¿Qué cómo puedo afirmar esto? César Aira escribe 3 o 4 novelas cortas por año. ¿Esto indica que todo lo que escribe pertenece a la gran literatura? No puedo negar que tiene un público cautivo pero, asimismo, nadie puede negar que en su escritura el método está ausente.