No se equivocaba el amigo Pierre cuando me recomendó leer El desierto de los Tártaros: "si quieres hacer algo que valga la pena en tu vida, lee esa novela", fue lo que me dijo.
Todo el año pasado lo busqué en las ferias y esperaba muy paciente a que la librería La Familia lo trajera, pues El desierto... está editado por Alianza Editorial y esta tienda es la que trae estos libros.
A fines del año pasado, mientras daba una revisión de rigor en El Virrey, fue que lo vi pero en otra editorial. Y también lo vio K, pero ella no pensaba en dármelo como regalo. Antes tuve que engatuzarla con un libro de Kapuscinski para obtener el libro de Dino Buzzati a cambio.
Y apenas lo tuve en las manos lo leí.
Por eso, quería postear algo sobre El Desierto... y solo tenía esta pregunta en mente: ¿de qué sirven las reseñas o críticas literarias cuando te topas con una obra maestra que te marca?
Poco a poco se iba debilitando la confianza. Resulta difícil creer en algo cuando estamos solos y no podemos hablar con nadie al respecto. Precisamente por aquel tiempo se dio cuenta Drogo de que los hombres, aun cuando se estimen, permanecen siempre distantes, de que, si uno sufre, el dolor es totalmente suyo, ningún otro puede hacerse cargo siquiera de una parte mínima, de que, si uno sufre, no por ello sienten los otros dolor, aun cuando haya gran amor por medio, y eso provoca la soledad de la vida.
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