Medio siglo ya desde la aparición de tres de las novelas más importantes del boom latinoamericano. Se puede afirmar que este fenómeno editorial solo fue posible, como lo afirma este artículo, por la confluencia de dos talentos: el literario y el mercantil. Aquí, un extracto:
Quienes hallaban en el boom sólo comercio poco sabían del origen bastardo, hoy bien estudiado, de la novela, mercantilismo que no la abandonará nunca y está en su esencia: los Dickens, los Balzac y los Dumas montaron, con buenas y malas mañas, con negros y sin ellos, verdaderas empresas de edición que le dieron a la burguesía (y sobre todo a las mujeres lectoras) ese género que le faltaba al mundo: la novela. No en balde el portero de sir Walter Scott rechazaba visitas inoportunas a la sazón de “estamos muy ocupados con Ivanhoe”. Con ese mismo orgullo plural y vicario, seguramente respondía Carmen Balcells a quienes la acusaban de “inventar” lo que sólo puede lograr la combinación del genio literario y el tino comercial. Si el primero se ausenta, de nada sirven los millones de ejemplares vendidos.
Fuente: El país.
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