Foto: Francisco Cañedo. |
Se publicó hace poco una interesante entrevista a Samanta Schweblin. No hay que pensarlo mucho: este ha sido el año de la escritora argentina. Desde la obtención del Ribera del Duero, los comentarios favorables respecto a su obra no han parado. Aquí, un extracto de lo dicho por la autora de Pájaros en la boca:
-¿Por qué, si ya tenés un nombre y una cantidad de libros publicados, seguís mandando libros a concursos?Decido mandarlos casi cuando están terminados. No escribo para un concurso, si no que hay una logística entre el tiempo que creés que estás terminando el libro y las fechas de cierre de los concursos.-Alguna vez dijiste que no podés escribir con deadlines. En ese sentido, lo que decís tiene lógica.No puedo escribir con deadline cuando es una cuestión contractual que implica un compromiso, pero hay algo del deadline del concurso que sí me ayuda. Esta es una de las razones por las que todos los libros de cuentos terminaron en concursos. Me cuesta mucho soltarlos porque siempre está la posibilidad de mejorar el texto. Pero una fecha me ayuda a soltar. Y también está el tema económico. Si por alguna de esas arbitrarias casualidades ganás el premio, de alguna manera te están pagando por escribir, que es un poco el sueño de todos los que nos dedicamos a esto: que nos paguen por hacer lo que creemos que sabemos hacer. Algo tan simple que exige el médico y el carnicero, pero que a nosotros nos cuenta mucho conseguir. Es un pago en diferido, retroactivo, medio extraño. Si bien es bastante dinero, yo creo que sería más saludable para un escritor tener un sueldo básico y austero todos los meses que asegure cierto ritmo de trabajo, cierta continuidad. Es muy gratificante que te paguen por lo que hacés, no que te premien. Y además, se premia a uno, no le pagan a los 900 que se presentaron. No me quejo del premio, estoy feliz, pero hay algo para repensar con respecto a los premios. Y luego, un premio ayuda a darle visibilidad a los libros, que es otra cosa que es bastante difícil. Como yo soy un poco reacia a la prensa, es otra manera de hacerlo.
Fuente: Eterna Cadencia.
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