martes, 8 de julio de 2014

La humillación de Clarice Lispector


Hace cuatro años recorría las calles de Lima y llegaba por la tarde a la oficina para ver algunos partidos del mundial de Sudáfrica. Ahora he visto casi todo el mundial de Brasil 2014 en el trabajo. Era algo inevitable. Ya no tengo que salir: todo lo hago desde el escritorio y solo me levanto para contestar algunas llamadas. Es más, en plena oficina colocaron un televisor gigantesco días antes de comenzar el partido inaugural. Hoy, como era de esperarse, también vi el encuentro entre Clarice Lispector (Brasil) y W. G. Sebald (Alemania) desde el trabajo. Nadie se esperaba una masacre de tal magnitud. Lispector salió furiosa desde el primer minuto, pero pronto Sebald supo herir a su rival. Y lo hizo sin misericordia en aquellos primeros treinta minutos donde le encajó cinco goles. No contento con eso, en el segundo tiempo alargó el marcador y Lispector solo pudo colocar un tanto para decorar la más bella humillación. Uno a siete. Sebald ya está en la final de este Mundial de las Letras y espera con mucha confianza a su último contrincante: ¿Harry Mulisch (Holanda) o Ricardo Piglia (Argentina)?      

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