Su pecado fue confiar siempre en los mismos recursos, y lo pagó caro. En un duelo intenso, Francisco Umbral fue vencido 2 a 0 por Roberto Bolaño. La hazaña del chileno se elaboró con suma paciencia, pero, sobre todo, con una presión increíble sobre el rival desde las primeras páginas. El español cayó en un desconcierto total, aunado esto a una carencia para el ataque en las primeras líneas. Bolaño hizo su trabajo: la imaginación desaforada le dio resultado y supo liquidar el partido en el primer tiempo. Junto al humo del cigarro, una pregunta queda en el aire: ¿esta derrota de Umbral será también una derrota del estilo?
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