viernes, 30 de agosto de 2013

HHhH


Tengo un profesor que es un gran lector. Como siempre me ve en la biblioteca con un libro nuevo cada semana, no nos ha costado mucho romper esa jerarquía para volvernos amigos. Amigos que solo hablan de literatura, en todo caso. Pues bien, este profesor se me acerca un día para preguntarme qué estoy leyendo, a lo que yo le respondo «esto», y le muestro el libro. Entonces él dice el título en voz alta y me dice que había leído una elogiosa reseña de Mario Vargas Llosa sobre esta novela.

En la reseña, Vargas Llosa señala que durante los siete años que trabajó en Radio Televisión Francesa era una obligación leer las novelas ganadoras del Premio Goncourt, de las cuales no recuerda ni una, tal vez, asume, a su baja calidad literaria. Pero, afirma, este Goncourt que acaba de leer (se refiere a HHhH) la recordará con nitidez lo que le queda de vida.

A mi profesor le hice mención de otra reseña, una aún más elogiosa, aparecida en la revista Buen Salvaje N° 5, pues fue esta la que me convenció de leer la novela. El título, ese enigmático título, era ya de por sí un acicate más.

La novela se centra en un particular hecho histórico: el desarrollo de la Operación Antropoide, estrategia mediante la cual se buscaba eliminar a uno de los más temibles líderes de la Alemania nazi. No nos referimos a Hitler, claro está, sino al «verdugo de Praga», «el carnicero», «el ángel de la muerte», «la bestia rubia», el individuo al que el mismo Führer apodó «el hombre con corazón de hierro». Estamos hablando de Reinhard Heydrich.

A Heydrich se le conocía como el cerebro de Himmler, jefe de las SS (la traducción del título revela eso: Himmlers Hirn heisst Heydrich, el cerebro de Himmler se llama Heydrich). Este personaje fue quien sistematizó las ejecuciones de judíos, debido a que aducía que sus hombres sufrian de un agotamiento psicológico por las matanzas que tenían que efectuar cada día, de manera que implementó el uso de las cámaras de gas. Y tampoco satisfecho con eso, buscó más formas de eliminar a todos los judíos de Europa de manera rápida y eficaz.

La novela es interesante pues cuenta, en primera persona, la obsesión de un escritor que quiere rendirle un homenaje tanto a Jozef Gabčík como a Jan Kubiš, así como a tantos otros líderes de la resistencia checa, pero no sabe de qué manera empezar o tiene ciertas reticencias respecto al uso de la ficción para contar la historia que quiere contar. Aquí el personaje se adentra en un interesante debate consigo mismo para poder valorar qué elementos debe considerar en la narración de su historia y cuáles no. O si al contar la historia en clave de novela, este recurso le quitará ese peso histórico que él a todas luces quiere elevar. 

Una vez que ha iniciado la historia, el escritor interrumpe constantemente su narración para introducir elementos aleatorios como, por ejemplo, decir que compró un libro que trata sobre el mismo tema del que está escribiendo, o acernos partícipes de los comentarios de sus seres más cercanos acerca de su obsesión con este suceso histórico.

Así, la historia que cuenta el escritor (a quien, según las descripciones que nos da de él, podemos identificar con Laurent Binet) va tomando más fuerza. Sin embargo, se detiene tanto la acción o se da muchas vueltas en torno al principal hecho que se quiere sacar a la luz (el atentado contra Heydrich) que la novela se torna cansina. Tampoco se trata de un libro excepcional, pese a su pormenorizada documentación. De todos modos, ya lo advirtió Vargas Llosa sobre HHhH: «No diría que es una gran obra de ficción, pero sí que es un magnífico libro». Yo agregaría que, como novela, está algo sobrevalorada.

BINET, Laurent. HHhH. Barcelona: Seix Barral, 2011.

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